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Ser generoso transforma nuestra salud

  • Foto del escritor: Dr. Andrés David Echeverri Restrepo
    Dr. Andrés David Echeverri Restrepo
  • 3 abr
  • 2 Min. de lectura
Dr. Andrés Echeverri
Dr. Andrés David Echeverri Restrepo

La generosidad, aquello que como personas nos lleva a dar sin esperar nada a cambio, se podría considerar como un poderoso aliado para nuestra salud física y mental. Más allá de un

gesto altruista, cada acto de generosidad desencadena una cascada de beneficios que fortalecen nuestro bienestar integral.


Pero ¿Por qué decimos que ser generoso transforma nuestra salud? ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando somos generosos?


La ciencia nos dice, a través de algunos estudios realizados, que al realizar estos gestos se activan los mismos centros de placer que se iluminan al recibir recompensas, liberando dopamina, considerada como la hormona del bienestar. Además, se produce oxitocina, la que es considerada como la hormona del amor y la conexión social, encargada de fortalecer nuestros lazos con nuestros familiares y con los demás y aporta a la reducción del estrés.


Mano ayudando
Todo esto sumado es óptimo para ser más longevos pues, estudios demuestran que las personas generosas tienden a vivir más tiempo, disfrutando de una vida plena y saludable.
Al generar todos estos cambios neuroquímicos en nuestro cuerpo se adquieren algunos beneficios tales como:

  • Un corazón más sano debido a que se reduce la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares como Hipertensión o infartos.

  • Las endorfinas liberadas durante los actos de generosidad fortalecen tus defensas, aumentando tu resistencia a enfermedades.

  • Ser generoso disminuye la producción de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo la relajación y el bienestar, por lo que podemos decir: ¡Adiós al estrés!; y al estar sin este podemos aliviar el dolor. Las endorfinas que también se liberan actúan como analgésicos naturales, reduciendo la sensación de dolor y mejorando tu calidad de vida.


La generosidad también nutre nuestra salud mental, emocional e incluso espiritual.

Nos conectamos con un sentido de propósito, con una misión dada, fortalece nuestras relaciones sociales y nos brinda una sensación de satisfacción y felicidad duradera de ser parte de una construcción y una pieza clave como agente social transformador en el bien común.


Practicar la generosidad no requiere de una gran parafernalia y tampoco se trata fundamentalmente de dinero; hacer pequeños actos ya son grandes impactos. Un gesto amable, una sonrisa, un oído atento, pueden marcar la diferencia. Ser voluntario en alguna obra social, dedicar tu tiempo y talento a causas que te apasionen y consideres tienen sentido de vida, contribuir con donaciones a organizaciones que trabajan por el bienestar de la comunidad, como abuelos y niños con vulnerabilidades socioeconómicas, personas en condición de discapacidad y pobreza, entre otras tantas situaciones que son tan comunes en nuestro país; pero además, practicar la generosidad en el día a día, como la empatía, la compasión y la amabilidad en tus interacciones diarias.


Todos los actos, desde el más sencillo hasta el de más alto compromiso, se vuelven medicina para el alma y para el cuerpo sin lugar a dudas, pudiendo llegar a encontrar estados de felicidad y calma que repercuten y se reflejan en nuestra salud.

Recuerda siempre ¡Ser generoso transforma nuestra salud!


Nos escuchamos cada jueves a las 10:00 a.m. en la emisora Puerta Sur 106.5 FM y a través de su plataforma digital. 


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